Alrededor de cien judías acudieron este miércoles al Kotel —nombre en hebreo del Muro de las Lamentaciones— y lograron entrar, con 12 rollos de la Torá, a rezar en un espacio ocupado exclusivamente por hombres. Las mujeres recibieron insultos, golpes y amenazas por parte de otros judíos ultraortodoxos que rezaban allí, y que, según su lectura, son los únicos que pueden rezar utilizando los pergaminos depositados en el Muro de las Lamentaciones (ellas no pueden ni tocarlos).
Las activistas y rabinas, acompañadas de otros judíos reformistas, querían protestar así por una medida que impide que ellas puedan acceder al rezo como los hombres. En total, unas 200 personas llevaron a cabo esta acción simbólica y sin precedentes, protestando contra la negativa del Gobierno israelí de que se respete la resolución que en enero aprobaba la creación de una zona de rezo conjunta en uno de los extremos del Muro.
Entre las organizaciones que han encabezado la protesta se encuentra la asociación feminista Mujeres del Muro, que lucha para conseguir que las mujeres tengan derecho a llevar encima los rollos de la Torá, a leer la Torá y a llevar las vestimentas religiosas al Muro de las Lamentaciones. Pese a las amenazas, han anunciado que continuarán protestando por su derecho a rezar en igualdad de condiciones que sus homólogos masculinos.