¿Por qué utilizamos género al hablar de desigualdad entre mujeres y hombres?

Redacción Tribuna
Redacción Tribuna
La revista de información que te cuenta lo que otros no creen importante
- Advertisement -

 

A lo largo del siglo XX y de manera principal en los períodos circundantes a las dos guerras mundiales, las mujeres fueron consiguiendo la igualdad de derechos en las democracias occidentales. Sin embargo, pronto quedó claro que la igualdad de derechos o igualdad formal, aunque imprescindible para acabar con las discriminaciones directas por razón de sexo, no acababa con las discriminaciones indirectas, y por tanto, persistía la desigualdad de facto entre mujeres y hombres.

Las discriminaciones indirectas son más difíciles de percibir. Resultado de creencias o prácticas culturales arraigadas, suelen no ser perceptibles a primera vista, sino solo después de analizar los efectos o las consecuencias de dichas prácticas. Para visibilizarlos es preciso integrar una nueva mirada sobre la realidad: la perspectiva de género.

En los años ochenta, una nueva acepción de género (gender) se incorporó a las ciencias sociales (y a partir de ahí, al conjunto de los saberes académicos, a las instituciones y a la normativa) para designar la construcción social de la masculinidad y la feminidad y la relación de poder que se establecía por la supremacía hegemónica de lo masculino. El concepto de género hace referencia a la construcción social que ha establecido desigualdades en cuanto a expectativas, roles, costumbres, identidades y comportamientos entre mujeres y hombres, a partir de las diferencias biológicas de sexo. Explica y hace visible que la pertenencia a un sexo (el masculino) otorga más oportunidades de partida en cuanto al acceso a los recursos, al reconocimiento social o a la participación en ámbitos de poder. Correlativamente, la pertenencia al otro sexo, es decir, ser mujer, implica desventajas de partida.

A efectos explicativos, se suelen diferenciar como componentes del género: las identidades de género, los roles de género, y el estatus o jerarquía de género. El carácter de mandato social en que se basa la funcionalidad del género requiere la interacción de modelos y normas implícitas y un conjunto variable de sanciones sociales, que incluyen desde descalificaciones, desprecios, hostigamiento o exclusiones a las diferentes manifestaciones de la violencia de género. Los estereotipos de género desempeñan un papel central en la transmisión de las creencias sobre lo que corresponde a hacer, pensar o sentir, de manera diferente a cada sexo, legitimando la ideología patriarcal.

Por tanto, la perspectiva de género implica una visibilización segregada de los géneros, mediante la desagregación estadística de los datos por sexo, junto a un enfoque crítico que cuestione las relaciones de poder entre los géneros, la perpetuación de roles y estereotipos y que incorpore estrategias para lograr el objetivo de la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres.

 

- Publicidad -

Comentarios

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Síguenos en redes

Últimos artículos

Morir de éxito

La indefensión de las niñas

La mujer de mediana edad no vende

Verdades ocultas

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad