La mujer ha sido y es un objeto al servicio del patriarcado. A través obras de la historia del arte podemos constatarlo.
Imágenes cosificadas, creadas desde ideales de belleza al antojo del macho, artistas invisibilizadas, producciones artísticas femeninas menospreciadas, escenas admiradas en museos e instituciones que contienen raptos, abusos, agresiones o violaciones.
Vidas turbulentas al amparo de ser educadas en la creencia del amor romántico, abanderadas del feminismo, miedos, temores, fechas para rememorar.
Mitos, leyendas y relatos que encubren aberraciones, estereotipos y arquetipos que han sobrevivido hasta hoy.
Sobre todo ello se reflexiona en este libro a partir de obras de arte.
El estudio del arte y su relación con las mujeres acaba de comenzar. Son muchas las biografías que deben rehacerse con otros parámetros y mucha la perspectiva de género que aplicar al arte. Esta es por tanto una versión novedosa, arriesgada y que por tanto sería deseable que no deje, para bien o para mal, indiferente a nadie.
Acostumbramos a relacionar la violencia de género con el asesinato, obviando la que se ejerce desde otros ámbitos como el familiar, sexual, económico, intelectual, físico, histórico, académico, institucional, cultural, religioso o político. Es deseo de esta autora poner todos estos temas en la palestra creando debate y crítica y, acercando a la sociedad las obras de arte como herramienta en la formación en igualdad. La educación es la única forma de poner fin a la violencia machista.
Espero que, al finalizar este libro, se sienta el arte más próximo y adivinemos en las obras que se pongan ante nuestros ojos a hombres y mujeres, ante todo a personas, víctimas de una sociedad patriarcal.
“La mujer ha sido y es un objeto al servicio del patriarcado. A través obras de la historia del arte podemos constatarlo”, pues la regresión permanente de la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal sería la representación de aquellas imágenes sensibles que descompone el “material “de las que nació con anterioridad. Las diversas “modalidades” de adaptación del patriarcado en el transcurso de la historia; animismo, religión y científica serían modificaciones que las hacen más o menos transitables o intransitables para el curso de su irresoluble perversión y ambigüedad sexual, que caracteriza las fases edípicas del varón en su repudio a la mujer.
“Imágenes cosificadas, creadas desde ideales de belleza al antojo del macho, artistas invisibilizadas, producciones artísticas femeninas menospreciadas, escenas admiradas en museos e instituciones que contienen raptos, abusos, agresiones o violaciones”, porque la “elaboración” de la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal llevada a cabo en milenios, es una transmutación de todos los valores psíquicos edípicos despojándolos de su intensidad transfiriendo sus representaciones a otras innumerables.
“Vidas turbulentas al amparo de ser educadas en la creencia del amor romántico, abanderadas del feminismo, miedos, temores, fechas para rememorar”, evidencia la “cambiante” conducta y carácter transexual ecuménico perverso patriarcal, que constituye un reconocimiento en dirección progresiva a sucesivas alucinaciones; esto es, “ideas” transformadas en imágenes que corresponden, efectivamente, a regresiones: ideas “originales” en imagen de la mujer , repudiada y despreciada en su reconocimiento genocida, abuso sexual, pedofilia, femicidio.
Mi Femeninologia Ciencia de lo femenino es la serie de configuraciones que con mi conciencia voy recorriendo constituyendo, más bien, la historia que desarrollo en la formación de mi conceptualización. Es decir, una suerte de escepticismo consumado, que en realidad sería, el propósito de no rendirme, a la autoridad de los pensamientos de otro, sino de examinarlo todo por mí mismo ajustándome a mi propia convicción; o mejor aún, producirlo todo por mí mismo y considerar como verdadero tan solo lo que yo hago.
Hoy, como ese infante entre los 4 a 5 años adaptando mi pensar en la realidad, interpretando mi actividad onírica.
El sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es absolutamente la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual.
Buenos Aires
Argentina
20 de noviembre de 2019
Osvaldo V. Buscaya (Bya)
(Psicoanalítico)