La escultura Silla, creada en 1970 por el artista Pop británico Allen Jones, fue saboteada con bombas fétidas por parte de activistas, cuando formaba parte de la exposición antológica que la Royal Academy of Arts dedicó a este autor en 2014. En 1986, cuando la Tate Modern expuso la misma obra, ya había sido atacada, en aquella ocasión mediante el lanzamiento de pintura ácida.
La serie Women as furniture (Mujeres como muebles) está compuesta por tres piezas: Silla, Mesa y Perchero. Las tres fueron objeto de controversia e indignación pública por diferentes razones, pero, ante todo, por su relación directa con la pornografía y por la subordinación que hacían de la mujer a un mero objeto doméstico profundamente ofensivo. Se trata de representaciones de mujeres a escala real que visten pantalones cortos, botas y guantes, y que, de manera directa, remiten al sadomasoquismo, a la cultura fetiche y al voyeurismo; muestran todas ellas a una mujer idealizada, en posición de sumisión en el caso de Mesa, que se puede interpretar como sexualmente provocativa en Silla o simplemente exhibicionista en Perchero.
Las obras de Jones muestran una clara obsesión con la figura femenina, pero los muebles eróticos de esta serie, realizados con maniquíes de fibra de vidrio, son su exponente máximo y han cumplido su objetivo al haberse convertido en las obras más famosas y controvertidas de toda su carrera internacional. Cada una de las tres figuras originales se produjeron en una edición limitada de seis piezas. Una de las series fue comprada por el playboy alemán Gunter Sachs, quien más tarde, en 2012, la vendió en una subasta de Sotheby’s por un importe de 2.600.000 Libras. Otra de las series llegó al mercado en febrero de 2013, vendiéndose en Christie’s por un total de 2.200.000 Libras. Existen referencias a que también otras series fueron adquiridas por Roman Polanski y Elton John.
El director de cine Stanley Kubrick quedó maravillado ante las esculturas y encargó a Jones el diseño de alguno de sus muebles eróticos para su Naranja Mecánica, cuyos temas incluían la violencia contra las mujeres y la misoginia. Al no llegar a un acuerdo económico, fue realizado por su equipo de escenografía, utilizando para ello modelos de mujeres completamente desnudas.
Desde entonces, este tipo de mueble se pueden encontrar en diversas versiones, haciendo alarde de misoginia, racismo o cualquier otra aberración.
Cabe destacar, por otra parte, que en la década de los setenta se estaba produciendo una importante concienciación sobre la situación de la mujer en todo el mundo, especialmente en el ámbito de la cultura. Aparecieron innumerables mujeres artistas que impulsaron una nueva manera de mirar y de hacer con perspectiva de género. En 1971, la historiadora del arte estadounidense Linda Nochlin publicó su ensayo ¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres?
“En el campo de la historia del arte, el punto de vista del hombre blanco occidental, inconscientemente aceptado como el punto de vista del historiador de arte, resulta inadecuado no solo por razones morales o éticas, o porque sea elitista, sino en su sentido puramente intelectual”.
Dos años más tarde se creó Womanhouse, el primer espacio de actuación de arte feminista organizado por Judy Chicago y Miriam Schapiro. Desde ese momento el movimiento no ha dejado de crecer. Afortunadamente, muchas mentalidades han cambiado desde la fecha de creación de “Women as furniture” y actualmente son innumerables las artistas, proyectos y exposiciones que se hacen con visión feminista en la mayoría de los países.
Mientras, Allen Jones fue nombrado académico de la Royal Academy of Arts y en 2017 fue designado como Doctor Honoris Causa en Artes de la Universidad de Southampton Solent.
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